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lunes, 26 de mayo de 2014

TERROIR AMOENUS

Posted by Unknown On 10:54 a.m.
Adán y Eva (1530). Cranach El Viejo.


El tópico del locus amoenus, ya desde su instalación definitiva en la literatura latina, presupone la representación de un paraje natural aislado, sereno y protegido, propicio tanto para el descanso como para el goce. Su tradición se remonta la descripción que se hace en la Odisea de la gruta de Calypso y del jardín de Alcínoo, y incluye innumerables variaciones, entre los que contamos los parajes que acogen los amores pastoriles de las églogas de Virgilio o los versos de Garcilaso que apelan con ánimo puro y contento a las bondades del paraje natural:

Corrientes aguas puras, cristalinas,
árboles que os estáis mirando en ellas,
verde prado de fresca sombra lleno,
aves que aquí sembráis vuestras querellas,
hiedra que por los árboles caminas,
torciendo el paso por su verde seno

De entre las variadísimas reinvenciones del tópico que hasta hoy actualizan estos espacios idealizados de tranquilidad y bienestar, no podemos desestimar aquellas que despliegan algunas etiquetas del vino chileno en el momento de presentar el terroir de producción de sus cosechas.  En efecto, la descripción de las características del terroir muchas veces es reforzada o francamente reemplazada por su representación metafórica o indirecta, más llamativa para el consumidor chileno, que, en general, aún está poco informado de su importancia como factor en la producción del vino que elige. El terroir como un locus amoenus, como un espacio natural deshabitado cuyas atmósfera las vides habrían logrado incorporar, constituye una de estas formas de presentación metafórica, como ocurre, por ejemplo, en Emoción de Starry Night (un vino que hemos revisado ya), en cuya contraetiqueta se incluye que “[e]n esta botella va el resultado del trabajo puesto por la familia para obtener un vino que encierra la esencia de aires y agua puras, de bosques nativos y de su fauna.”. De la misma viña, Starry Night (Noche estrellada, 2011), declara poseer “4 hectáreas de Syrah, muy cerca de 300 hectareas de bosque nativo e irrigado por
manantiales”, además de los inspiradores cielos estrellados que dieron el nombre al vino.

Si bien posee algunos problemas de redacción, hay un ejemplo más preciso que nos puede ayudar a comprender la función de esta transposición metafórica. Es de Días de Verano, de Miguel Torres, en cuya contraetiqueta leemos:

La suave y fresca brisa del Océano Pacífico que se mezcla en nuestro rostro con los magníficos rayos de sol, característicos de la época de verano, nos recuerdan alegres experiencias del pasado, las que acompañadas de la variedad Muscat, uvas milenarias traídas por los españoles del valle de Itata durante la Conquista, nos permiten revivir momentos especiales e inolvidables, que solo en los Días de Verano se pueden tener.

En el texto de la contraetiqueta se mezclan en forma confusa, pero hábil, las alusiones al terroir con la promesa de una determinada experiencia de consumo marcada por la vivencia de un locus amoenus: no solo “magníficos rayos de sol”, “suave y fresca brisa” y “época de verano” sino la recuperación y el recuerdo de “momentos especiales  e inolvidables”. El locus amoenus se vuelve un tópico que análoga subrepticiamente una cierta representación del terroir y también del momento de consumo del vino deseado. La efectividad de dicha aplicación de un tema aparentemente tan antiguo y visitado lo hace objeto de actualizaciones no solo textuales sino visuales, que podrá constatar cualquier buen observador. Bastenos revisar, por ejemplo, la portada de la página de facebook de Viña Morandé, en que se analogan hábilmente el terroir de proveniencia del vino con su presentación ya en la copa.



Réstame decir que, frente a la evidencia de la efectividad de este tópico clásico en un terreno textual y visual tan inesperado, no podemos dejar de trasladar a los discursos del vino aquella sentencia que Borges asociaba a la literatura universal, cuando la definía como la eterna repetición de un puñado de temas que eran objeto de una continua reescritura. Sólo en lo que respecta al locus amoenus, queda una buena cantidad de ejemplos interesantes que revisar. Pero eso ya será objeto de las siguientes notas.

1 comentario:

  1. como deia un colega y mentor: en la contraetiqueeta va lo que la gente quiere leer

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