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miércoles, 25 de marzo de 2015

DE VINOS Y VENIRES

Posted by Unknown On 7:12 p.m.
Atades, "Vino de la amistad", etiqueta por Eva Armisén


El que al mundo vino
Y no toma vino
¿A qué vino?

Bernardo Piuma


Es difícil saber si es afortunada o desafortunada aquella coincidencia léxica que, en español, confunde la palabra “vino” con el pasado en tercera persona singular del verbo “venir”: él vino, ella vino. Ambas palabras (“vino”, nuestra bebida, y “vino”, del verbo venir) son, en términos estrictos, homógrafos: la grafía es la misma, los significados difieren.

O quizás, no tanto.

El verbo “venir”, según las primeras acepciones de la RAE, no solo significa “caminar”, implicando movimiento, sino que especifica ciertas características de ese traslado o viaje. “Venir” constituye, en primer lugar—sigue la RAE—un “moverse de allá hacia acá”, esto es, un acercamiento: quien viene se “avecina”, se vuelve próximo o incluso familiar. Mientras el verbo “ir” implica siempre la preponderancia de un destino lejano, hacia el cuál se parte, alejándose de un origen hacia una meta definida o incluso hacia lo desconocido, en el verbo “venir” se presupone el destino, mientras que lo que importa es, en última instancia, desde dónde se viene: qué es lo que el viajante lleva consigo en el momento del acercamiento; qué aporta con su llegada, qué tiene para mostrar. El “venir” es el advenimiento de alguien que trae algo: un conocimiento, una historia, un objeto raro o un libro enigmático.

Si intentamos especificar aún más, podemos añadir otra acepción del mismo diccionario, según el cual “venir” significa (en referencia a una persona o cosa): “Llegar hasta donde está quién habla”. Esto es, el “venir” implica que hay alguien que espera o que observa el acercamiento del “venidor”, y al mismo tiempo, lo predica mediante el lenguaje. El que predica la “venida” está a la espera de la entrega o la novedad que tiene para aportar aquél que antes no estaba: de alguien que iba y que regresa.

Quien habla de vino, está en posición de esperar lo que viene. El vino que se prueba vuelve de un viaje, sea el viaje fresco del que es aún joven o el viaje profundo del que bajó a la guarda; el vino nos trae cosas de sus travesías: reminiscencias, colores, texturas, aromas. La aproximación del vino, su cercanía con aquél que lo gusta y llega a disfrutarlo, tiene con todo que ver con el regreso del viajante, que cuenta con lenguaje sutil lo que vio: su tierra, su clima, sus palabras y sus manos.

En última instancia, este “venir” del vino provoca otras aproximaciones o venires: la de aquellos que “vienen” a probarlo juntos y se someten al su venida, “aveniéndose” a partir de la experiencia común del viaje. La venida del vino implica también, en suma, la reunión, o la aproximación, de los que brindan juntos.


4 comentarios:

  1. Hola Javiera.
    Hace siete años leí un texto super bueno de la raíz etimológica indoeuropea y de medio oriente en la cual se veía atrapada la palabra “vino”. El autor (del cual solo recuerdo que su apellido era Zamora) profundiza en una parte bien interesante, en la cual se dio cuenta que para los sumerios y egipcios, la palabra y el símbolo vino es el mismo: “irp”, que pasando al semítico se pronunciaba y escribía como “yn”; así el escritor describe recorriendo países y continentes y centenares de formas escritas y simbólicas, hasta llegar a conocerla como “vino”. Quizás lo anterior ni siquiera es tan importante, sobre todo cuando muchos estudiosos de los textos de Zamora, después terminaron dándose cuenta que “vino”, más allá de ser una palabra que describe algo, termina siendo una palabra viajera, que va y viene de un lado para otro, y que en el fondo deja de ser palabra para ser una voz que nos aproxima a algo.
    Es entretenido leer textos que de alguna manera calzan con las ideas de otros.
    ¡Saludos Javiera!

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    1. Hola Álvaro, interesante recorrido etimológico!, intentaré buscarlo.
      Yo con suerte conocía aquél más cercano del latin "vinum" y de su raíz griega "oinos" (οίνος), que se relacionaba con otros vocablos como "relacionar" o "aprovechar", dando a conocer el vino como un "beneficio" para los hombres.
      Las palabras traen cargas que ponemos en juego sin casi nunca conocerlas.
      Saludos para ti y gracias por tu comentario!

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  2. Siempre es un placer leerte Javiera.
    Tu complejidad es algo que añade un plus positivo a tu personalidad (menos en este blog)
    Un gran texto lleno de lo que nos tienes acostumbrados. Siempre me haces reflexionar y no es poca cosa. A seguir!!!
    Saludos!!!!

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    1. Hola Ariel!!! Muchas gracias por tu comentario, los buenos lectores son los que dan para seguir. Espero que mi personalidad virtual no haya, hasta ahora, influido demasiado "miserablemente" en mi personalidad real. Felicitaciones también por tu texto y muchos saludos desde Santiago!

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