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lunes, 19 de mayo de 2014

SINESTESIA, VINO Y PABLO DE ROKHA.

Posted by Unknown On 12:08 p.m.


Según como se presente en el discurso, la sinestesia—aquel procedimiento textual que nos permite vincular diversas áreas de la percepción—puede tener distintas direccionalidades. Entendida según el clásico estudio de Schrader (1975) como trasposición, la sinestesia nos permite deslindar, distinguir e iluminar diversas áreas de la experiencia, proponiendo una analogía o identificación entre dos sensaciones que se presentan como unificadas. Decir que un olor es dulce, que una experiencia es amarga o que un vino es redondo se vincula a una necesidad de hacer comunicable una experiencia precisa, que se ve iluminada gracias a la ayuda de la analogía. Esta versión de la sinestesia entronca con su normativa clásica en la tradición retórica desde Aristóteles, y en el lenguaje cotidiano muchas veces nos permite poner palabras para aquellos tramos de la percepción que no parecieran tener nombre propio. Sin embargo, la sinestesia también surge en un tipo de discurso de finalidad completamente opuesta: aquél que quiere dar cuenta de la confusión, del desorden, del caos. La trasposición entre distintos ámbitos sensoriales trata de verbalizar no una experiencia deslindable, sino la totalidad de una vivencia compleja, en que todo se confunde, se entrecruza, se multiplica. Este terreno peligroso es, en mayor medida, el de la poesía. Mientras que según la primera direccionalidad la sinestesia es un procedimiento centrípeto, que se vuelve sobre sí mismo, según esta segunda direccionalidad el mecanismo se vuelve centrífugo, en un decir que sale siempre fuera de sí.

“Bodega de vinos y chichas” es una sección del libro Escritura de Raimundo Contreras, publicado por Pablo de Rokha en 1929 y distribuido a partir de 1944. Como es común en la escritura de De Rokha, el poema carece de mayúsculas y signos de puntuación y construye su ritmo balbuceado a partir de la disposición de los espacios en blanco a lo largo de la página. La experiencia de la bodega, para Raimundo Contreras, no comienza ni termina. El poema abre con un gerundio (un proceso):

estableciendo sus reciedumbres honorabilísimas Raimundo Contreras está ocupado y               amarillo
hay una cosita azul ardiendo      apenas      adentro del hombre duro      un departamento de debilidades felices   un aroma de pueblos que nadie conoce     olor futuro y sagrado aquel perfumamiento genial del almácigo del espíritu      cuando se formula la primera tonada querida cueca del destino

Las analogías presentadas respecto de la “Bodega de vinos y chichas” no tienen una lectura unívoca: solamente sugieren, proponen una atmósfera, una situación o un ánimo. Ya a partir de este primer tramo del poema se presentan  colores (“amarillo”, “azul ardiendo”), texturas (“hombre duro”), sonidos (la “primera tonada cueca del destino”) y aromas (“aroma de pueblos que nadie conoce”; “olor futuro y sagrado”, “perfumamiento genial del almácigo del espíritu”). Aparte del título, en ninguna parte del fragmento y del poema se mencionan las palabras “vino” o “chicha”; con mucho la más cercana es “parrones”, perdida por ahí en alguno de los párrafos. En cambio, el resto son árboles y flores (“violetas”, “higueras”, “callampas”, “maitenes”, “perales”), colores (“morado”, “naranja”,“verde”), animales (”caballos”, “culebras”, “abejas”) y verbos de movimiento (“arranca”, “emerge”, “desciende”, “arrastra”, “sobrepuja”).

Lo genial es que, pese a su aparente desaparición del plano literal, sabemos que el poema nos habla de vino cuando nos dice que a Raimundo Contreras “le parecen alas las pestañas”. Sabemos que a Raimundo Contreras le habla el vino cuando “el camarón de tiempo y del pueblo le añade un río plantado de callampas   agosto  en la puerta mojada del calendario”. Pero es otro hablar de vinos que sale de si mismo, que debe escapar de sí para dar cuenta de sí.

2 comentarios:

  1. Esta mañana me agregó a twitter la cuenta asociada a este blog, no teniendo muy claro de que se trataba. Revisé bien y me encontré con esta muy grata sorpresa, leí todas las entradas que has escrito y en verdad, haces un trabajo interesante y muy adictivo de seguir.
    Solo felicitarte y de antemano ya estoy esperando más.

    Alvaro.
    (@vinocracia)

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    1. ¡Muchas gracias Álvaro!. El blog comenzó hace poco y es reconfortante tener feedback. Muchos saludos.

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