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viernes, 31 de octubre de 2014

FIN DEL DIA

Posted by Unknown On 12:07 a.m.



No todos los días acaban. El fin del día, cuando llega, se reconoce a partir del abultamiento, la confusión o la pesadez mental. La cabeza late con la mezcla de tanta cosa y pareciera perder, por sobreabundancia, toda lucidez, como ocurre para el miope que intenta desenvolverse, por un rato, sin anteojos.

Esos momentos se traducen en las ganas ineludibles de soltar la cabeza, de fijar la atención en cosas simples, de recuperar la concentración de las cosas sutiles.

No el sueño. Pero una buena conversación y una copa de vino. Un compartir o el sorbo de una copa que explota en la cabeza soltándola como a un pájaro enjaulado, vaciándola y volviéndole a decir. Porque la mente y la boca se desenredan y se llenan de las sensaciones que le permiten volver a fijar el pensamiento.


Claro que ese fin—el del día—no es nunca, ni todavía, el momento de la escritura.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

CENTENARIOS, POPULARES Y ANONIMOS

Posted by Unknown On 11:52 a.m.

"El poeta más joven de Chile está
cumpliendo cien años en estos momentos.
Abran quincha, abran cancha,
a su salud, una caña de vino Santa Rita
para iniciar las festividades,
a ver si se nos ocurre algo que valga medianamente la pena
ante su tumba abierta de par en par. En serio
que me trague la tierra si miento.
Dicho sea de paso, le deseamos una larga vida, ¡salud!"

Don Nica escribió este salud en homenaje al centenario del nacimiento de Vicente Huidobro, un 3 de septiembre de 1993. Un salú socarrón, irónico y negro, y al mismo tiempo sincero en su encomio al autor de Altazor. Pues claro, ni se lo tragó la tierra, ni aún Piñera pudo matarlo, aunque lo intentase. Su alusión “mala leche” al vino Santa Rita--guardado al fondo de la caña como, al fondo de la tumba, el mar --me retrotrajo a un aspecto de su poética que me gustaría comentar muy brevemente aquí.

Mucho se ha hablado de la obra de Parra como un regreso del lenguaje poético al “habla del pueblo”. “Los poetas se cayeron del Olimpo”, esto es, dejaron de lado sus pretensiones de enarbolar el lenguaje elitista de los iluminados, y se pusieron a vomitar ingeniosos coloquialismos al más puro estilo chilensis. La vuelta al habla convertiría a la antipoesía en una suerte de regreso a los “orígenes”, y a don Nicanor en un nuevo cofrade del pueblo, un alegre recopilador de nuestros registros y prácticas culturales, cuya poesía es vista como una vuelta al mensaje "fácil" y comprensible por (entre otros) aquellos que se definen como orgullosos "no lectores" de poesía y que por eso mismo adoran la "antipoesía". Este entronamiento de Parra por razones que, las más de las veces, no dejan de ser clichés, es llevado a cabo muchas veces por quienes no entienden algo básico: que la antipoesía es, evidentemente, una forma de poesía. En cambio, mucho menos se habla de la influencia de la tradición poética inglesa (por sobretodo isabelina) en su obra: Parra, que era un gran lector de Shakespeare y sus contemporáneos, está lejos de renunciar a las posibilidades que aporta la tradición “poética culta”, y la antipoesía comprende estas posibilidades. Pienso, por sobretodo, en un procedimiento concreto que, desde John Donne, pasa a formar parte de la indiscutible tradición inglesa y que Parra, a todas luces, recoge: la etopeya (“ethopoeia”), que los rétores clásicos e isabelinos definían como el ejercicio de elaborar un discurso poniéndose “en la voz del otro”, considerando la situación hipotética en la que este se encuentra, sus interlocutores, su carácter y sus pasiones. Dicho recurso de “enmascaramiento” permite al poeta emular el discurso de diferentes personajes que hablan con vividez, y con un estilo apropiado a ellos mismos. El habla cotidiana en Parra, puesta en la voz de los personajes que circulan por su obra, no es solo habla, es una “retórica del habla”, si entendemos “retórica” como aquél tipo de discurso orientado estratégicamente a producir ciertos efectos en el receptor.


Con esto no pretendo ser peyorativa, pues—dicho sea de paso—me encanta la retórica, y también me encanta Parra. Ni siquiera creo preciso a volver instalar preguntas obvias (¿quién habla cuando habla el pueblo, quién habla sobre el regreso a los orígenes, o bien, quién habla cuando se habla?) Más bien me pregunto por el virtuosismo que requieren los disfraces, más aún cuando son disfraces de palabras, y qué es lo que ocurre cuando la voz original se escucha bajo máscaras deficientes, terminando con la ilusión y descubriendo el engaño. Parra, por suerte, tiene el bastante talento como para mezclar tradiciones y registros, creando máscaras perfectas y aún irónicas, como un genio anónimo que se viste con la voz de unos pocos personajes, y no como unos pocos personajes que pretenden vestirse como anónimos.





"ANÓNIMO, ese personaje humilde de campo, a quién todos saludan pero nadie recuerda su nombre, que ha dedicado su vida entera al cuidado de los viñedos. Ese amable campesino es quien conoce cada una de las vides y tiene el secreto de donde encontrar la mejor uva... origen de la calidad de nuestros vinos de edición limitada" (Amónimo, Bottero 2009)

lunes, 1 de septiembre de 2014

LA PROPUESTA DE HERU

Posted by Unknown On 3:17 p.m.

Francisco de Goya, "Duendecitos", 
Los Caprichos (1799)

“Al duende hay que despertarlo en 
las últimas habitaciones de la sangre”
Federico García Lorca, Teoría y juego del duende.

Según dice la tradición (que no yo), cuando se toma vino hay como un duende que, dentro de uno, se despierta. No es un duende suave o infantil, sino un pequeño irritable, hilarante e incontrolable, como los peores niños que quién sabe por qué disfrutan a rayando paredes o pinchando neumáticos, o como los demonios de las pesadillas que oprimen el estómago del soñador. “En cada boca alumbrando / andan los duendes del vino” escribe el mendocino Pocho Sosa sobre los duendes hablaores, que “iluminan” la lengua y que en las noches de amigos se ponen a bailar:

El sueño de los racimos
sueña con sol y verano
y en un país trasnochado
bailan los duendes del vino

Este sueño del trasnoche, o bien aquello que Federico García Lorca—también citando—llamaría “aquel poder misterioso que todos sienten y ningún filósofo explica” es uno que no mata como el del duende verde, sino que envuelve de a poquito, porque el duende del vino es camaleónico y más persuasivo, y toma su color a veces en momentos inesperados. Para Goya, por ejemplo, los duendecitos eran en realidad los curas y los frailes, que ocultos beben a costa de los demás y que dejan para sí sus vasos de vino.

Los duendes del vino de Liniers dan un giro a la tradición: dejaron el campo y sus garrafas, estudiaron para sommelier y se vinieron a tomar delicados sorbitos en français. Tienen gorros puntiagudos porque tienen ideas largas, que deben atrapar para que no se les escapen de su cabeza tan pequeña. Son estilosos, viven en pareja y hacen formas con sus ropas. Los duendes-musas de Liniers tienen, en suma, “mejor cabeza”: se les sale el duende de las palabras, ese que hace del tomar una delicada fiesta verbal:




Intente Ud. juntar dos palabras y hacer una pareja de vocablos rastreable; por ejemplo, vino y amarillo, vino y lámparas, vino y ranas, vino y Bob Dylan, vino y duende, vino y Dios. Una pequeña búsqueda le demostrará que existe tradición para todo, especialmente tratándose de vino. Para aportar a esa tradición con solidez, ingenio e inventiva no se necesita mucho más que un poco de investigación y (eso sí) una ligera cuota de duende. El lector decidirá cuanto de eso nos falta, y de qué cepa sería el duende, si tuviera.



"Herú es un duendecillo, que según cuenta la leyenda, merodeaba nuestros viñedos en Casablanca y resguardaba la cosecha como su tesoro más preciado" (Ventisquero, Herú Pïnot Noir 2011) 




sábado, 23 de agosto de 2014

WINEQUOTES Y E.E.CUMMINGS

Posted by Unknown On 9:49 a.m.


Antes de escribir en este blog no tenía twitter. Una vez que lo tuve, intenté seguir, en la medida de lo posible, las actualizaciones de algunos actores de la industria vitivinícola nacional. Cuando no existen noticias urgentes, reportajes hilarantes o catas en curso que comentar, la mayoría de las cuentas asociadas al vino—de viñas o de proyectos de marketing, principalmente—aplican tres estrategias que les permiten continuar siendo visibles en el mundo virtual pajaritístico cuando no hay (básicamente) nada importante que decir. Primero: tips prácticos sobre el vino. Del tipo: ¿Cómo servir el vino? ¿Cómo se guarda el vino? Etc, etc. Segundo: frases para convencer a los bebedores (siempre dispuestos a recibir las sugerencias) de que cualquier día de la semana es perfecto para ir a por una copa.  El tercero de ellos es la “winequote”, la frase enunciada sobre el vino por cualquier celebridad presente o pasada, que—al margen de lo que diga o no diga la frase—aporta un aire de 'culto entendimiento' a quien cita, sin importar si su fuente es el buscador de google o un empolvado volumen de biblioteca.

Está claro (ya lo he dicho antes): hay sentencias que se sostienen por sí solas, citas tan poderosas y sugerentes que se resisten al resumen o al comentario. Sin embargo, en todos los casos dichas citas o versos nos arrastran hacia otra parte, son puertas abiertas que nos demuestran hasta que punto, siempre, la lectura pide la incontinencia de otra lectura o quizás de la escritura. Una sentencia así "presentada" debiese sostenerse sola o ser levantada por el citador, aparecer sólo cuando lleva más allá de la vista. Por el contrario, se tiende a citar sin importar cuál es el texto que se rescata, en un gesto que no toma en cuenta lo citado, sino solo el gesto de citar. 

Intentaré, ahora, esbozar el ejercicio opuesto.

La última “winequote” que me encontré en el mundo tuitero fue un par de versos del poeta norteamericano  e.e.cummings. Se leían limpios y misteriosos:

his lips drink water
but his heart drinks wine
                               
(sus labios beben agua
pero su corazón bebe vino)

Partí a buscar el poema de donde provenían los versos, y me encontré con que es un texto escrito tempranamente por Cummings y musicalizado por Paul Nordoff. Lleva por título “Doll’s Boy’s Asleep”. Como era de esperar de Cummings, el poema completo es muy diferente a lo que sugieren los versos tuiteados. Reproduzco aquí una áspera traducción literal, esperando que recurran a la musicalidad del inglés:

Doll’s boy ’s asleep                                     El niño de la muñeca dormido
under a stile                                               bajo el pórtico
he sees eight and twenty                             él ve ocho y vente
ladies in a line                                            doncellas en fila

the first lady                                               la primera doncella
says to nine ladies                                      le dice a nueve doncellas
his lips drink water                                      sus labios beben agua
but his heart drinks wine                              pero su corazón bebe vino

the tenth lady                                               la decima doncella
says to nine ladies                                       le dice a nueve doncellas
they must chain his foot                               deben encadenar su pie pues
for his wrist ’s too fine                                   su muñeca está demasiado bien

the nineteenth                                              la decimonovena
says to nine ladies                                       le dice a nueve doncellas
you take his mouth                                       ustedes tomen su boca
for his eyes are mine.                                   pues sus ojos son míos

Doll’s boy ’s asleep                                      el niño de la muñeca dormido
under the stile                                              bajo el pórtico
for every mile the feet go                               por cada milla que sus pies van
the heart goes nine                                       su corazón avanza nueve


No podemos explicar este poema (los poemas no están para explicarlos), pero podemos hablar sobre él o aventurarnos a leerlo por detrás de su inexistente explicación. Se me ocurren un par de ideas/notas para empezar la lectura, a las que espero que puedan contribuir con las suyas propias:


      1. El poema trata sobre los sueños. Sobre el inquietante y dulce sueño del niño que se sueña creciendo o adolescente, más adelante que su cuerpo (“for every mile the feet go/ the heart goes nine”). En su corazón (en el sueño), las doncellas ya se han tomado su cuerpo: sus pies, sus muñecas, sus ojos y su boca.

      2. Este desorden temporal (el girar de la rueda, símbolo de la vida) se da en un mismo plano de tiempo lingüístico: el plano del sueño y de lo soñado. El pórtico—o la viga superior, que marca su límite—es el umbral de esa entrada.

    3. Los labios del niño beben agua, pero su corazón bebe vino, porque (me atrevo a aventurar) el sueño es una antelación de los sabores no probados. “como si hubiera envejecido de golpe, presa de dulce, empalagoso pánico; / como si hubiera conocido, más allá del amor en la flor de su edad / la crueldad del corazón en el fruto del amor, la corrupción del fruto y luego… el carozo sangriento, afiebrado y seco”, reescribiría Enrique Lihn.

       4. Como en el poema “9”, del mismo autor, las doncellas son los nueve “tic-tacs” del reloj, que anuncian su propia imposibilidad para predecir el advenimiento de la primavera.

        5. El vino que prueba el corazón es el sueño: un sueño todo sentidos, el sueño inquietante y dulce del despertar que se sabe próximo. Un sueño aún no concretado cuyo pasado podemos recordar si es que nos llevamos una copa de vino a los labios.

sábado, 16 de agosto de 2014

HIPOTESIS ALAMBICADA

Posted by Unknown On 5:37 p.m.


1
1    1.        Los textos más ingeniosos son aquellos que se dirigen, a una vez y en varios niveles, a distintos destinatarios. Son textos alegóricos o irónicos, en el sentido lato: dicen subrepticiamente una cosa distinta a la que aparentan decir, aportando un doble sentido sistemático. Algunos, incluso, simulan dirigirse a algún tipo de destinatario cuando en realidad lo hacen a otro diferente, el destinatario engañado que, creyendo leer un texto que no ha sido escrito para él, se encuentra desprevenido frente a su cañoneo persuasivo.

2    2.       Estamos acostumbrados a ver etiquetas de vino chileno en otros idiomas, simplemente, porque el vino chileno se exporta. Así pasa con Clos Andino, elaborado por el enólogo José Luis Martin-Bouquillard y definido como “un vino franco-chileno”, cuya etiqueta está escrita casi absolutamente en francés. La contraetiqueta de este Carménère del 2011 (en la imagen) aporta el siguiente punteo:
               
SAVOIR-FAIRE FRANÇAIS
- PRUNEAU – MOKA – EPICES – VANILLE
RONDEUR – FINESSE – LONGUEUR
- PLAISIR – DECOUVERTE – PARTAGE
- AUJOURD’HUI – TROIS A CINQ ANS

La estrategia de esta particular “nota de cata” consiste en apelar a una técnica elocutiva muy antigua: la enumeración, o bien el “listado”, que por medio de la conjunción homologa elementos disímiles, aportando un efecto de sorpresa  y brillantez. La lista de este “Clos” reúne aspectos bien distintos: algunos relacionados con la técnica de producción del vino (“savoir-faire français”), otros con sus descriptores (“pruneau”, “moka”), otros con el momento de su consumo (“plaisir”) y algunos con el período de guarda (“trois a cinq ans”), que se mezclan en el texto como los sabores de un vino en boca. El grado de especificidad de los términos también es diferente: algunos más técnicos, otros más vagos y generales. Por alguna razón, todas parecen ser palabras que puede comprender con poco esfuerzo un lector del español.

3   3.      La estrategia del listado y de la enumeración rápida y dinámica, favorita de las vanguardias literarias, solicita la lectura activa. El lector está obligado a llenar los vacíos (los blancos) entre los elementos, por medio de un acto de imaginación. Con la traducción (lo saben los lectores de poesía) ocurre siempre, felizmente, un poco de lo mismo.