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sábado, 23 de agosto de 2014

WINEQUOTES Y E.E.CUMMINGS

Posted by Unknown On 9:49 a.m.


Antes de escribir en este blog no tenía twitter. Una vez que lo tuve, intenté seguir, en la medida de lo posible, las actualizaciones de algunos actores de la industria vitivinícola nacional. Cuando no existen noticias urgentes, reportajes hilarantes o catas en curso que comentar, la mayoría de las cuentas asociadas al vino—de viñas o de proyectos de marketing, principalmente—aplican tres estrategias que les permiten continuar siendo visibles en el mundo virtual pajaritístico cuando no hay (básicamente) nada importante que decir. Primero: tips prácticos sobre el vino. Del tipo: ¿Cómo servir el vino? ¿Cómo se guarda el vino? Etc, etc. Segundo: frases para convencer a los bebedores (siempre dispuestos a recibir las sugerencias) de que cualquier día de la semana es perfecto para ir a por una copa.  El tercero de ellos es la “winequote”, la frase enunciada sobre el vino por cualquier celebridad presente o pasada, que—al margen de lo que diga o no diga la frase—aporta un aire de 'culto entendimiento' a quien cita, sin importar si su fuente es el buscador de google o un empolvado volumen de biblioteca.

Está claro (ya lo he dicho antes): hay sentencias que se sostienen por sí solas, citas tan poderosas y sugerentes que se resisten al resumen o al comentario. Sin embargo, en todos los casos dichas citas o versos nos arrastran hacia otra parte, son puertas abiertas que nos demuestran hasta que punto, siempre, la lectura pide la incontinencia de otra lectura o quizás de la escritura. Una sentencia así "presentada" debiese sostenerse sola o ser levantada por el citador, aparecer sólo cuando lleva más allá de la vista. Por el contrario, se tiende a citar sin importar cuál es el texto que se rescata, en un gesto que no toma en cuenta lo citado, sino solo el gesto de citar. 

Intentaré, ahora, esbozar el ejercicio opuesto.

La última “winequote” que me encontré en el mundo tuitero fue un par de versos del poeta norteamericano  e.e.cummings. Se leían limpios y misteriosos:

his lips drink water
but his heart drinks wine
                               
(sus labios beben agua
pero su corazón bebe vino)

Partí a buscar el poema de donde provenían los versos, y me encontré con que es un texto escrito tempranamente por Cummings y musicalizado por Paul Nordoff. Lleva por título “Doll’s Boy’s Asleep”. Como era de esperar de Cummings, el poema completo es muy diferente a lo que sugieren los versos tuiteados. Reproduzco aquí una áspera traducción literal, esperando que recurran a la musicalidad del inglés:

Doll’s boy ’s asleep                                     El niño de la muñeca dormido
under a stile                                               bajo el pórtico
he sees eight and twenty                             él ve ocho y vente
ladies in a line                                            doncellas en fila

the first lady                                               la primera doncella
says to nine ladies                                      le dice a nueve doncellas
his lips drink water                                      sus labios beben agua
but his heart drinks wine                              pero su corazón bebe vino

the tenth lady                                               la decima doncella
says to nine ladies                                       le dice a nueve doncellas
they must chain his foot                               deben encadenar su pie pues
for his wrist ’s too fine                                   su muñeca está demasiado bien

the nineteenth                                              la decimonovena
says to nine ladies                                       le dice a nueve doncellas
you take his mouth                                       ustedes tomen su boca
for his eyes are mine.                                   pues sus ojos son míos

Doll’s boy ’s asleep                                      el niño de la muñeca dormido
under the stile                                              bajo el pórtico
for every mile the feet go                               por cada milla que sus pies van
the heart goes nine                                       su corazón avanza nueve


No podemos explicar este poema (los poemas no están para explicarlos), pero podemos hablar sobre él o aventurarnos a leerlo por detrás de su inexistente explicación. Se me ocurren un par de ideas/notas para empezar la lectura, a las que espero que puedan contribuir con las suyas propias:


      1. El poema trata sobre los sueños. Sobre el inquietante y dulce sueño del niño que se sueña creciendo o adolescente, más adelante que su cuerpo (“for every mile the feet go/ the heart goes nine”). En su corazón (en el sueño), las doncellas ya se han tomado su cuerpo: sus pies, sus muñecas, sus ojos y su boca.

      2. Este desorden temporal (el girar de la rueda, símbolo de la vida) se da en un mismo plano de tiempo lingüístico: el plano del sueño y de lo soñado. El pórtico—o la viga superior, que marca su límite—es el umbral de esa entrada.

    3. Los labios del niño beben agua, pero su corazón bebe vino, porque (me atrevo a aventurar) el sueño es una antelación de los sabores no probados. “como si hubiera envejecido de golpe, presa de dulce, empalagoso pánico; / como si hubiera conocido, más allá del amor en la flor de su edad / la crueldad del corazón en el fruto del amor, la corrupción del fruto y luego… el carozo sangriento, afiebrado y seco”, reescribiría Enrique Lihn.

       4. Como en el poema “9”, del mismo autor, las doncellas son los nueve “tic-tacs” del reloj, que anuncian su propia imposibilidad para predecir el advenimiento de la primavera.

        5. El vino que prueba el corazón es el sueño: un sueño todo sentidos, el sueño inquietante y dulce del despertar que se sabe próximo. Un sueño aún no concretado cuyo pasado podemos recordar si es que nos llevamos una copa de vino a los labios.

sábado, 16 de agosto de 2014

HIPOTESIS ALAMBICADA

Posted by Unknown On 5:37 p.m.


1
1    1.        Los textos más ingeniosos son aquellos que se dirigen, a una vez y en varios niveles, a distintos destinatarios. Son textos alegóricos o irónicos, en el sentido lato: dicen subrepticiamente una cosa distinta a la que aparentan decir, aportando un doble sentido sistemático. Algunos, incluso, simulan dirigirse a algún tipo de destinatario cuando en realidad lo hacen a otro diferente, el destinatario engañado que, creyendo leer un texto que no ha sido escrito para él, se encuentra desprevenido frente a su cañoneo persuasivo.

2    2.       Estamos acostumbrados a ver etiquetas de vino chileno en otros idiomas, simplemente, porque el vino chileno se exporta. Así pasa con Clos Andino, elaborado por el enólogo José Luis Martin-Bouquillard y definido como “un vino franco-chileno”, cuya etiqueta está escrita casi absolutamente en francés. La contraetiqueta de este Carménère del 2011 (en la imagen) aporta el siguiente punteo:
               
SAVOIR-FAIRE FRANÇAIS
- PRUNEAU – MOKA – EPICES – VANILLE
RONDEUR – FINESSE – LONGUEUR
- PLAISIR – DECOUVERTE – PARTAGE
- AUJOURD’HUI – TROIS A CINQ ANS

La estrategia de esta particular “nota de cata” consiste en apelar a una técnica elocutiva muy antigua: la enumeración, o bien el “listado”, que por medio de la conjunción homologa elementos disímiles, aportando un efecto de sorpresa  y brillantez. La lista de este “Clos” reúne aspectos bien distintos: algunos relacionados con la técnica de producción del vino (“savoir-faire français”), otros con sus descriptores (“pruneau”, “moka”), otros con el momento de su consumo (“plaisir”) y algunos con el período de guarda (“trois a cinq ans”), que se mezclan en el texto como los sabores de un vino en boca. El grado de especificidad de los términos también es diferente: algunos más técnicos, otros más vagos y generales. Por alguna razón, todas parecen ser palabras que puede comprender con poco esfuerzo un lector del español.

3   3.      La estrategia del listado y de la enumeración rápida y dinámica, favorita de las vanguardias literarias, solicita la lectura activa. El lector está obligado a llenar los vacíos (los blancos) entre los elementos, por medio de un acto de imaginación. Con la traducción (lo saben los lectores de poesía) ocurre siempre, felizmente, un poco de lo mismo.