Me encontré con el libro ilustrado "The hangover" ("La caña") en un bar de Londres, justo cuando estaba al frente a una copa de burbujas. El papá del bartender había tenido la consideración de regalárselo, y él parecía encantado de mostrarle a todos los comensales el negro panorama que los amenazaba de quedarse hincando los codos en la barra. Faltaban en ese entonces algo menos de dos semanas para navidad, y como se me ocurría que más de algún amigo se sentiría interpelado hasta las lágrimas por el libraco, partí a conseguirlo. No fue difícil. "The hangover" estaba a toda vista en las sucursales de la cadena de librerías más grande de Londres. El libro formaba parte de una colección de pequeñas ediciones ilustradas llamada "Ladybird", que constaba de títulos como "The shed" (el galpón), "Dating" (tener una cita), "The wife" (la esposa), "The husband" (el esposo), "The mid-life crisis" (quizás equivalente a "la crisis de los 40") y "The hipster". Con todo, parecía evidente que "La caña" era el título central y más vendido en la colección, y que, por lo tanto, tocaba un tema profundamente relevante para la cultura británica. Tanto así que a alguien le pareció necesario romper el incómodo silencio en torno a ella y, aún más, ilustrarla.
El libro comienza engañando al lector, presentándose como una guía didáctica para la superación de la caña y la entrega de tips para evitarla. Pero a medida de que se avanza en la lectura, "The hangover" se transforma en una serie de escenas inconexas vividas por encañados, y probablemente escritas por una persona con una profunda caña. No piensen mal. Contrariamente a lo que creeríamos, el libro se dedica a barrer con nuestros prejuicios y a mostrarnos que la caña es un estado maravillosamente creativo y deseable. Las razones que sus páginas enumeran son, entre otras, las siguientes:
(1) La caña nos hace percibir el mundo de una forma novedosa. Abre nuestros sentidos y nuestra mente.
"Qué confuso puede parecer el mundo cuando tienes caña.
Siéntate tan quieto como puedas. No intentes tomar ninguna decisión.
Mira afuera de la ventana. ¿Puedes reconocer formas o colores simples? ¿Están la luna o el sol en el cielo? ¿Qué tipo de nombre sería el tuyo? ¿Donde podría haber tocino?"
(2) La caña nos hace ser previsores.
"Prepara un kit the primeros auxilios para la caña que incluya un plátano y un vaso de agua, y ponlos al lado de tu cama antes de salir a tomar.
Cuando te levantes al día siguiente, completamente vestido, podrás mirar el vaso y el plátano sin tocar y preguntarte quién los dejó ahí, y por qué"
(3) Después de que el vino nos ayudó a aguzar la vista, el olfato, el gusto y el tacto, la caña aguza nuestro oído.
"La mañana después de consumir alcohol, podrás percibir que estás más sensible al ruido.
De hecho, algunas personas pueden "ver" los sonidos. Es casi como que si tomar te diera superpoderes!!
Mientras el efecto comience a desaparecer, recuerda, no tienes que escapar del sonido de los pájaros, ni agacharte cuando alguien diga tu nombre"
(4) Los famosos también han tenido caña.
"Winston Churchill fue el primer ministro de Inglaterra desde 1940 hasta 1945, y de nuevo desde 1951 a 1955. Lideró el Almirantazgo en la Gran Guerra, ganó el premio Nobel de Literatura, y llevó a los Aliados a derrotar a la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.
Churchill tuvo una caña persistente desde 1892 hasta 1965, cuando murió.
Churchill no se rindió jamás."
(5) La caña nos hace ahorrar tiempo.
"Susan se levantó al lado de una copa llena de vino. La había dejado al lado de su cama por si le daba sed en la noche.
Ahora Susan no sabe de quién era el departamento en el que estuvo o dónde podría estar la estación más cercana.
Al menos está vestida apropiadamente en caso de que se encuentre otra fiesta en el camino de vuelta a casa"
(6) La caña nos hace sensibles a las necesidades de los animales
"El gato te está juzgando.
Levántate del piso.
Y (por favor), ponte tu ropa interior".
(7) En caso de persistir en ella, la caña puede llegar a volverse un jubiloso estado del alma.
"Para la gente joven, los síntomas de la caña son principalmente físicos.
Estás desanimado, te duele la cabeza, quieres comer sin razón aparente, y pasas mucho tiempo en el baño.
Para la gente mayor, esto es perfectamente normal. Entonces, para ellos la caña es más espiritual"
Fuente: Hazeley, J.A and J.P. Morris. The hangover. Loughborough, Ladybird Books, 2015
Me ha gustado mucho el post, diferente y con un aire antiguo que me ha hecho despertar un poco la niñez donde solo leía libros, muy muy chulo
ResponderBorrar