
A Paloma, Carolina y
Perico
Hay libros que quedan tan
grabados en la piel que uno se muere de ganas de escribir sobre ellos, aunque no tenga absolutamente nada interesante que decir. El hecho es simple: la vida
de la gente es peor antes de haberse encontrado con esos libros, por lo que uno
tiene la dogmática y heroica tarea de mejorar la pobre existencia de los demás diciendo
algo que pueda obligar su lectura. La vida de uno se convierte, en esos momentos
patéticos y encendidos, en un...